jueves, 24 de junio de 2010

¿Cómo sería mi vida, si me hubieras querido?


Empezaba a confiar en las personas y a salir del encierro, llegaste justamente en ese momento en que me derrumbaba, sólo éramos amigos, quizá hubiéramos seguido saliendo, pues sólo salía cuando tú estabas en la ciudad, tal vez hubiéramos sido novios y para estos momentos estaríamos casados, y esperando un bebé. Yo estaría trabajando y te esperaría en las noches con la cena lista y los brazos abiertos para recibirte después de tus largas jornadas, y cuando estuvieses lejos pediría a Dios por ti, para que libraras las batallas con bien. Estaría en la tierra que me vio nacer, cerca de mi mamá, mis hermanitos, mi familia, mis amigos y mi perro.

No hubiera tenido que partir hacia nuevos horizontes, en estos momentos no estaría exponiendo mi vida por una sociedad que no confía en nosotros (pero con trabajo duro haremos que vuelvan a confiar), no estaría sola en éste cuarto de hotel a espera de órdenes superiores y escribiendo este post. El titulo de ésta entrada no existiría, y se llamaría:

¿Cómo seria mi vida, si no me hubieses querido?

y en ella escribiría: hubiese optado por trabajar lejos de mi tierra, sacrificando la comodidad del hogar, el solo escuchar como mis hermanos crecen, ver a la familia una vez cada seis meses o cada año, llamaría a mamá con el corazón en la mano, le diría que estaré bien, aunque por dentro se me partiera el alma en mil pedazos al saber que hay probabilidad de no volver más; que mis amistades, conocidos o gente por conocer se enojen por no poder decirles en que trabajo hasta estar segura de cuales son sus intenciones, y aún así no poder decirles nunca que es lo que hago dentro del trabajo. Aprendería a no depender de nadie y a cuidar de mi misma, iría de un lugar a otro conociendo lugares, personas, costumbres y haciendo un trabajo que me llenara de satisfacciones, sintiéndome útil y feliz de hacer lo que hago.

Quizá hubiese asistido a una escuela muy reconocida donde me dieran clases extranjeros y gente muy capaz y con gran experiencia, hubiese conocido a la mejor Psicóloga y me hubiese ayudado a superar muchos problemas, hubiese aprendido cosas que ni en los sueños aparecen, hubiera llegado a la mejor área con un jefe muy bueno, con los mejores compañeros, conocido a la mejor amiga y amigos geniales. Tal vez hubiese conocido al amor de mi vida, un nombre en todo sentido de la palabra, fuerte, inteligente, romántico, apasionado, un noble guerrero del bien, que me hiciese sentir que merezco la pena, por quien pediría a Dios todos los días que lo proteja, y aunque él estuviese lejos me gustaría que supiera que está siempre está en mi mente y corazón. Que es todo lo que esperaba y valió la pena todo lo sufrido.



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El hubiera no existe, todo es como debe ser, no hay otros caminos, y si Dios y el destino lo marcaron así, lo acepto con júbilo y doy gracias por guiarme por el mejor camino para mi y los que me rodean. Si me dieran a escoger, yo hubiese elegido la vida que llevo, por que éste camino me ha traído grandes satisfacciones, y he sufrido muchas cosas, pero todo merece la pena al final. Los finales felices si existen, claro siempre con ciertos sacrificios, yo aun no llego al final, ahora soy feliz, he decidido serlo aún en los peores momentos y en las circunstancias más difíciles, porque no sé en que momento mi camino termine, así viviré enamorandome de la vida dia con dia.


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Los dejo con unas palabras de un hombre sabio, al que sigo admirando: Nunca existe el precio muy grande o muy pequeño; es simplemente una transferencia, la vida te da pero también pide. Y uno debe estar consiente de ello, es parte del equilibrio en el universo, en donde nada sucede para desequilibrar la armonía.

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